martes, 23 de marzo de 2010

"Rol de la filosofía e interdisciplinariedad en Manuel Sacristán"


Una filosofía dialéctica, en el sentido sacristaneano, busca explicar la realidad humana contando únicamente con lo que ella misma puede ofrecer. Es un trabajo de creación en el sentido de narración, de algo que ha de ser contado, explicado, haciendo alusión a hechos y conocimientos concretos, y es también, una reflexión dentro de las mismas disciplinas sobre sus fundamentos, métodos y alcances. En este sentido, sostiene Sacristán, no puede existir un método dialéctico análogo al método científico, pues la dialéctica no es una ciencia. La dialéctica cuenta con los conocimientos ya validados por los métodos de la ciencia, aunque esto no le impide en un momento determinado cuestionar una cierta teoría científica. Una síntesis dialéctica es más bien, análoga a la creación artística. En ella, el artista cuenta con los materiales que le brinda el conocimiento de las técnicas de su arte, un mayor conocimiento de esas técnicas y la herencia cultural que posea le darán más posibilidades y mayor libertad en la creación. Sin embargo, no se puede establecer un control metodológico estricto de la creación artística. Del mismo modo una síntesis dialéctica o una obra de arte, seguirán vigentes en la medida que puedan manifestar, exhortar, objetivar o ayudar a comprender el presente siempre cambiante. Así, una concreción dialéctica debe contar con los saberes que las disciplinas de su tiempo ponen a su alcance. Una concreción dialéctica o una totalidad concreta es una síntesis interdisciplinar de conocimientos, que intenta dibujar una visión de conjunto de la realidad. Síntesis no sólo de saberes científicos, sino también de conocimientos derivados de la práctica de actividades técnicas, artísticas y del comportamiento humano. Por lo cual el carácter de su saber es provisional y funciona como un filtro donde el conocimiento se revisa en su propio proceso.
Una síntesis dialéctica no es diferente del conocimiento científico, en el sentido de ser un intento de explicar la arbitrariedad de lo concreto. Sin embrago, explica Sacristán, una filosofía dialéctica que cuenta con la ciencia como conocimiento sustantivo, se encuentra a la vez por delante y por detrás de ella. Por detrás porque, recoge sus resultados y los integra en una explicación global. Por delante, porque una aspiración dialéctica inscrita en la práctica cotidiana, como una forma que intenta mirar la realidad en su complejidad, inspira y estimula la actividad científica[1].
Sacristán explica que las formaciones complejas han de estudiarse a través de su propia actividad en tres niveles intrincados en la práctica. La intra-acción, referida a su formulación interna; la re-acción, lo previo sobre lo que el análisis científico descubre; y la inter-acción, con formaciones “de su mismo nivel genético-analítico”[2]. Pues la práctica es entendida aquí, no únicamente como aplicación o validación del conocimiento, sino como una fase del conocimiento en sí mismo[3].
Para comprender los fenómenos particulares e irrepetibles del mundo concreto es necesaria la integración del conocimiento científico, siempre abstracto, pero no por ello falso. Una síntesis dialéctica es un lugar de cruce entre saberes, es el espacio donde los límites entre las disciplinas se reconocen y se modifican. Es también, un espacio de reorganización interdisciplinar donde se intenta rescatar la cualidad de lo particular, nombrándolo y por tanto dándole un sentido y haciéndole existir.
Habría que decir para finalizar, que más allá de las diferencias ideológicas entre Ortega y Sacristán, o la polémica entre Sacristán y Bueno por la eliminación de la filosofía, existe una línea común propia de la filosofía española, una herencia cultural y una concepción particular de la filosofía que se inserta en el debate aún abierto entre esta última y las disciplinas particulares. En el contexto actual donde el avance tecno-científico ha pasado desde los márgenes al mismo centro de la sociedad, la filosofía como aquí se ha definido, habría de cumplir una función fundamental. La filosofía podría, preguntándose por la lógica implícita en la conducta, insertar la racionalidad y la reflexividad en el seno mismo de la actividad científica y de la práctica.
María Francisca Fernández Cáceres



[1] Sacristán, M.: Sobre dialéctica, Barcelona, El Viejo Topo, 2009: 79.
[2] Ibid., pág. 68.
[3] Sacristán, M.: Sobre Marx y marxismo. Panfletos y materiales I, Barcelona, Icaria, 1983: 169.

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